El AÑIL y el FUCSIA son dos de mis colores favoritos. Me gustan porque son vibrantes, tienen fuerza, son descarados, atrevidos y con ellos nunca pasas desapercibida y su combinación siempre es un acierto. En el circulo cromático de los colores están uno en frente del otro y aunque eso les hace complementarios también los hace contrarios.
Pero si miras la rueda de colores te das cuenta de que hay muchos más. Quizás son colores con menos fuerza y más difíciles de combinar, pero así es un poco la vida ¿no? lo que a veces te sienta bien, otras veces no hay manera de hacerlo encajar.
Así que he decidido que, aunque vestirme con esa combinación siempre me ha encantado, debo guardar ese conjunto en mi armario y abrirme a otros tonos con los que también me sienta favorecida, sabiendo que Añil y Fucsia siempre serán mi apuesta cuando no sepa que ponerme.
Así que… qué os parece si cogemos una pluma con la que contar nuevas historias y las llenamos de colores para hacer que cada una de ellas ponga un poquito de color en nuestras vidas, la llamamos MI PLUMITA DE COLORES y disfrutáis de las aventuras de una cincuentona menopáusica enganchada al mercado de abastos de las app de ligoteo, que se bebe los gin-tonic como si fueran infusiones digestivas y siempre tiene una aventura para contar?


